Ejemplar juvenil y renacuajo en las últimas fases de la
metamorfosis de sapillo moteado ibérico
o sapillo meridional (pelodytes ibericus) en finales de marzo de 2013, año excepcionalmente
lluvioso. Todavía pueden oírse algunos cantos pero con menor intensidad que los
realizados entre noviembre y febrero con las primeras lluvias.
Los ejemplares han
realizado su desarrollo en una pequeña construcción circular de cemento que
mantiene agua durante el invierno entre unos 5 a 10 centímetros de profundidad,
con un limitado éxito, de la puesta inicial solo quedan unos 5 a 10 renacuajos.
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